jueves, 19 de julio de 2012

PINCHAFRASE


Cuando dicen que hay que morir con la de uno, yo digo que hay que vivir con la de uno. Y vivir es cambiar.

Roberto Perfumo

MEMORIA DEL PINCHA


Una de las estadísticas históricas en el fútbol gaucho data del año 1996, cuando un guardameta anotó por primera vez un gol con la cabeza. Ocurrió un 12 de mayo por la noche, el partido lo disputaban Racing y Estudiantes. Carlos Gustavo ‘chiquito’ Bossio, quien defendía el pórtico pincha, igualó el marcador en aquella oportunidad. Un centro de esquina en las postrimerías de la contienda fue capturado por Bossio a la altura del punto penal. Tomó ventaja de su estatura para ganar el salto y cabeceó el balón con potencia por la mitad del arco para atravesar al golero Ignacio González. El arquero cordobés militó en Estudiantes entre los años 1994 y 1999, obteniendo un título del Nacional B.     

PINCHACRÓNICA

ESTADÍSTICAS


Con una convocatoria que reunió en su gran mayoría padres de las categorías sub 13 y sub 15, Leonardo Molina y Johan Castillo presentaron un balance deportivo sobre la participación en el torneo Liga de Bogotá. Uno de los aspectos relevantes de estas cifras concierne al número de asistencias en cada jugador inscrito por equipo, además del número de partidos jugados tanto de preparación como oficiales.

Tanto Molina como Castillo insisten en que los resultados deportivos exigen un alto compromiso por parte de los jugadores que integran el plantel, señalando elementos disciplinarios como el uso correspondiente del uniforme, la entrega de documentos solicitados en los tiempos previstos y el cumplimiento de los horarios de actividad deportiva asignados.

A manera informativa, los padres de familia fueron advertidos sobre algunos cambios que operarán en el club a partir del mes siguiente. Uno de ellos es el cambio de sede, lo cual obliga a un proceso de adaptación al nuevo complejo deportivo transite en el menor tiempo posible. En cuanto a control disciplinario y de preparación, se anunció que la hidratación de los jugadores será supervisada bajo las recomendaciones de los profesionales del club. De otro lado, los jugadores reportados con retardo en el blog del club deberán llevar fruta a sus compañeros, esto como medida pedagógica arraigada a la filosofía y la apuesta de club por inculcar valores. Frente a lo deportivo, se insistirá en tareas asignadas por los entrenadores de acuerdo a la necesidad de cada jugador. Esto para efectos de mejorar su condición futbolística.                 

OPINOPINCHA

¿PARA VER A QUIÉN PAGARÍAS UNA ENTRADA?


Esta pregunta se la hicieron al entrenador y ex futbolista uruguayo Luis Garisto hace algunos años en el programa Hablemos de fútbol, en ese entonces conducido por el periodista Víctor Hugo Morales y el mariscal Roberto Perfumo. Entre la nostalgia y la apatía, Garisto dijo que él sólo pagaba entrada por ver a Garrincha.

En estos días le pregunté lo mismo a un hincha de Santa Fe, uno de esos que fue testigo de los goles de Panzuto y Perazzo, de los trucos de Díaz y de Cañón, de la pulcritud de Sekularac y de Rial, entre otros nombres perennes del equipo… Me dijo que sólo pagaba entrada por ver a Omar Pérez. “Es un jugador diferente, que pega la pelota al pie, que piensa antes de jugar”.

El sarcástico Eduardo Galeano, bruñido a la hora de escribir, vertió en un papel una sentencia usando como metáfora la época de Maradona y la de Messi. “Si Maradona ataba la pelota con un cordón para llevarla, Messi la tiene adentro del pie”. Los mismos ex jugadores y entrenadores se abstienen de comparar futbolistas destacados nacidos en épocas diferentes. No obstante, parecen coincidir en que difícilmente se volverán a ver futbolistas de la envergadura de Juan Sebastián Verón, Juan Román Riquelme y Ariel Ortega, quienes pagaban la boleta.     





Carlos Andrés Escobar Bustos
Coordinador Procesos Psicológicos y RRHH

viernes, 1 de junio de 2012

Pinchafrase



Gracias al fútbol he podido ser una mejor persona.
Iván Zamorano

Memoria del Pincha

CLUB ESTUDIANTES DE LA PLATA
Por Juan José Rubio
Categoría Sub 17

Fue fundado el 4 de Agosto de 1905. Su mayor logro deportivo lo obtuvo en 1968, cuando se consagró Campeón del Mundo al derrotar a Manchester United de Inglaterra en la final de la Compa Intercontinental. Estudiantes es uno de los seis equipos argentinos que ha obtenido el máximo campeonato de clubes a nivel mundial. También disputó las finales de dicho certámen en los años 1969, 1970 y 2009, esta última bajo el nuevo formato de Mundial de Clubes de la FIFA. El club Estudiantes de La Plata posee, además de su estadio de fútbol, un predio deportivo en la localidad de City Bell, donde se levanta un edificio de dos niveles que se utiliza para la concetración del plantel profesional. 

 

jueves, 31 de mayo de 2012

Pinchacrónica


SINGULARIDAD vs ABSOLUTISMO


No es novedad que el fútbol en sí mismo opera como uno de tantos disparadores del opinadero público en nuestra sociedad colombiana, sirviendo como pretexto perfecto de las malas lenguas (en términos de Vives y las costumbres de su tierra) para resaltar primeramente los defectos por encima las virtudes. Para el contexto del torneo Liga de Bogotá, los equipos de Estudiantes que actualmente compiten no están exentos de ello. 

Algunos se atreven a decir que estos grupos juegan igual en todas las categorías y que los resultados obtenidos lo sustentan. Esta postura resulta cómoda para quienes pregonan verdades absolutas desde el paradigma donde siempre gana el equipo que mejor juega, y el que mejor juega es quien toca mayor número de veces el balón. Recuerdo al golero Jorge Rayo declarar en alguna ocasión cuando juagaba para Deportivo Cali: “es cierto que hoy me equivoqué, pero que analicen por qué en esa jugada tiré los pies y no las manos. O entonces pregúntele al preparador de arqueros”. Bien lo dijo alguna vez Eduardo Retat la última vez que dirigió a Unión Magdalena: “acá cualquiera es técnico así nunca haya visto un entrenamiento”.

Paseando por los juegos disputados en las últimas dos semanas, no es difícil concluir que, tristemente, el fútbol para algunos sigue siendo la excusa “culturalmente legitimada” para desahogarse de calvarios que se viven en el interior, creyendo que “todo se vale dentro del juego”. El fin de semana pasado, por ejemplo, veía cómo un entrenador imprecaba reiteradamente a un mismo jugador como si de ese niño, apenas en formación y con deseos de divertirse, dependiera su éxito y el de sus compañeros. También se ven cosas como éstas: un padre en estado de embriaguez discutiéndole al entrenador por sus métodos. Me preguntaba, ¿acaso un entrenador tiene la culpa de que existan padres irresponsables? ¿Es su función cubrir cosas que deberían aprenderse en casa o en el colegio? Porque si es así, entonces hablaríamos de verdaderos colegios de fútbol que actúen como toderos. A veces se olvida con cierta displicencia que se trata de un deporte, un juego, no un campo de batalla al estilo de las guerras médicas o las napoleónicas, esas con sangre derramada que habitan en los libros de historia. O no vayamos más lejos: las violencias que ocurren a diario a media cuadra de donde vivimos. No obstante, ciertos actores que rodean las canchas durante estos partidos insisten en la carnicería de ese fútbol que a veces atestiguamos por la televisión.

Tal vez por ello sea favorable aproximarse a perspectivas singulares que estén más cercanas a ciertos detalles, a cosas pequeñas con alto sentido pedagógico, aquellas apenas notorias y casi imperceptibles para ojos viciados, en lugar de vanagloriarse de falsas grandezas y absolutismos atestados de lenguaje popular agresivo, poco ejemplar y en contravía de un fútbol como escenario para construir ciudadanos. Es más valioso perder 10-1 y reconocer que el rival fue un digno vencedor con un estrechón de manos en lugar de emprenderla contra el entrenador por haber banqueado al que siempre llega tarde, o murmurar que el técnico dirige mal porque intenta darle oportunidad a todos para que jueguen, cuando afuera se rasgan las vestiduras calificando al DT como bruto porque saca al mejor jugador de la cancha; es plausible en determinados casos analizar cómo un entrenador enseña a no cometer infracciones en zonas riesgosas dentro de su plan preventivo frente al juego en lugar de denigrar a unos adolescentes árbitros que a duras penas conocen aspectos básicos del reglamento dentro de un deporte cuya federación actúa como entidad independiente (casi sin contraloría) y su sistema arbitral tanto en la rama profesional como en la aficionada carece de formalidad en sus procedimientos contractuales, en resumen, un arbitraje no profesionalizado.

Por estas razones y muchas otras es insulso en estos campeonatos tomar las actitudes del hincha común consumido en el fervor, pues en términos de formación, contribuye muy poco al desarrollo psicosocial de cualquiera de estos alumnos. Los lectores podrían pensar que esta crónica está acomodada intencionalmente para no revelar resultados adversos en lo deportivo. Pero volviendo a la corte absolutista del fútbol, si para éste aplica que cada quien ve lo que quiere ver y oye lo que quiere oír, en las crónicas también aplica. ¿Acaso el periodista cuenta la verdad de las cosas, o cuenta lo que su subjetividad quiere orientar en su comunicado? Porque si se trata de hacer valoraciones estrictamente deportivas, entonces lo más fácil en esta columna sería cantar el corito celestial aburridor que suena en el estadio incubado desde la entraña de esos delincuentes disfrazados de hinchas, ese que dice “que se vayan todos y que no quede nadie”.

Empero, por si acaso alguien lo olvidó, esto no es la Liga Postobón ni la Eurocopa de naciones, intentamos aportar a la preparación integral de nuestros gobernantes del mañana en un ejercicio pedagógico donde competir implica entre otras cosas, más que ganar partidos para vitrinear copas y embalsamarse como los mejores del mundo, un proceso de adquisición de habilidades y estrategias de afrontamiento ante diversas circunstancias (buenas, malas, eso lo define cada quién según su experiencia). Y aunque duele perder, porque es doloroso oír comentarios como “es que a esa escuela le hace falta”, es preferible rescatar esas pequeñas grandezas que suman, como por ejemplo ver niños que luchan en medio de la adversidad, que animan al compañero cuando está anímicamente caído, o niños que anteriormente uno oía hasta de sus mismos familiares que nunca detendrían un balón en movimiento y hoy no sólo recepcionan sino que lo saben dirigir tras haber practicado durante varios años.

Para quienes se sitúan en el absolutismo, es más escandaloso ver aquel niño que remató desviado al arco y perdió la mejor opción de ganar la contienda al niño que sale del campo acongojado y deprimido porque las cosas no le salieron bien. Para quienes intentan detectar las simplezas, inmersas entre la complejidad de este deporte, importa más conocer el estado de salud de un niño que se parte una pierna que el resultado del juego, así el lesionado o la lesionada sea del equipo rival.

Por fortuna para Estudiantes Colombia y su proceso como escuela, el pensamiento estratégico de sus formadores está más cerca de lo singular que de la convención, de su autocrítica que conduce a la sensatez y de la responsabilidad social que conlleva a la integralidad. Los trofeos pueden esperar, cultivar valores no.

Opinopincha


                                                                             
FALCAO, EL MÁS GRANDE


Ahora que ya sabemos que Falcao fue por segunda vez consecutiva campeón y goleador de la Europa League, antigua Copa UEFA, lo hecho por el samario adquiere una dimensión histórica y seguro, casi irrepetible desde lo deportivo para un jugador nacido en nuestra tierra. Y no es sólo porque sea el tercer goleador histórico de la competición (30 goles); tampoco porque sea el máximo goleador en una edición (17 goles con Porto el año pasado); ni porque sea el único futbolista en ser goleador de la Europa League en temporadas consecutivas (2010-1011 con el Porto, 2011-2012 con el Atlético); mucho menos porque tenga 35 goles en su primera temporada con el Atlético restándole un partido por jugar, récord para un debutante en la liga española… Lo es porque, para fortuna de nuestro fútbol, tan mal jugado y con tantos vicios, es una ilusión muy grande que nuestra juventud crezca con un ejemplo de deportista íntegro, tanto en lo deportivo como en lo personal. Un ejemplo de futbolista disciplinado, trabajador y con valores tanto religiosos como familiares. Una persona educada y con carisma…

Dejamos atrás esos tristes casos en que nos tocaba disfrutar al futbolista y aguantarnos a la persona. Peor aún, tolerarle todo porque como “juega bien y es el patrimonio del club”; en muchos casos olvidar y no hablar porque “como es una gloria del futbol”; sin hablar de los que siempre los justifican diciendo “es que viene de un contexto social muy duro y humilde”, como si no existieran personas humildes y decentes. Siempre contando con la complicidad y alcahuetería de los dirigentes de nuestro fútbol en  casos, comprobables y recientes, de la selección y los clubes. Once Caldas, por nombrar sólo uno. Y de los organizadores, coordinadores deportivos e instructores en las categorías menores de la gran mayoría de los equipos que participan en las distintas competencias del fútbol amateur.

Por todo lo anterior es que ahora el trabajo es nuestro y el cambio está por venir. Debemos utilizar a Falcao como herramienta y ejemplo para dejar atrás lo que ya fue y avanzar a un futuro mucho mejor. Reafirmar, con Estudiantes Colombia en nuestro caso, nuestras creencias y convicciones, haciéndonos fuertes en la formación del ser humano antes que la formación del futbolista. Olvidarnos de los resultados inmediatos y centrarnos en proyectos largos y duraderos a través del tiempo… Sólo así este esfuerzo valdrá la pena, perdurará y dejará huella para las generaciones que vienen y para nuestra maltrecha sociedad.

Por todo esto y para cerrar, en una opinión muy personal, Falcao es ya a sus 26 años el mejor jugador colombiano de la historia.

Algo más: Mariano Closs en la transmisión realizada por Fox Sports se refería al Atlético como el Madrid. Error. El Madrid (o Madrí) es el club blanco de la capital, nombrado Real tiempo después y coloquialmente denominado como los merengues o vikingos. Por su parte el Atlético (Atleti o Aleti) es conocido como los colchoneros o indios.


Marco Alba
Entrenador Categoría Sub 17


miércoles, 25 de abril de 2012

Pinchafrase


















En el fútbol no hay recetas que garanticen el éxito ni hay medidas para prevenir el fracaso.

Gustavo Alfaro

Memoria del Pincha














Adrián Escobar, el entonces Presidente de la AFA, dona el trofeo a un torneo local argentino que llevaría su apellido: la Copa Escobar. Se trató de una competencia nacional clasificada como no regular que enfrentaba los primeros 7 equipos de la tabla en Primera División. Sus reglas cumplían con varias particularidades, entre ellas, que los partidos duraban 40 minutos repartidos en dos tiempos de 20 minutos y se desempataba contando el número mayor de lanzamientos de esquina a favor.

Este torneo estuvo vigente entre los años 1939 y 1949, registrando entre su lista de campeones a Estudiantes de La Plata, quien se lo adjudicó en el año 1944. Dado que participaban 7 equipos, el último campeón se clasificaba directamente a la fase semifinal. En primera fase, Estudiantes empató sin goles contra River, eliminándolo por 4 corners contra 3. En el juego semifinal derrotó 2-1 a Huracán y en la final venció a San Lorenzo por la mínima diferencia. Todos los partidos se jugaron en el Gasómetro de Buenos Aires, entre el 30 de Noviembre y el 2 de diciembre de ese año.

Pinchacrónica



DE NUEVO HACIA LA PLATA, LA FILOSOFÍA DE ESCUELA Y LA COPARTICIPACIÓN…



Leonardo Molina, Director General de Organización Estudiantes Colombia, introduce el encuentro con padres llevado a cabo el pasado sábado 14 de abril en la sede deportiva. Con un tono visceral que contagia al reforzar sus conceptos relatando algunas de sus vivencias cuando practicó fútbol de alto nivel, expone argumentos que lo retan a reformar el modelo de escuelas de fútbol en el país.

En su intervención, Leonardo insiste en que no sólo se trata de enseñar fundamentos de fútbol; la formación es un asunto que nos compete a todos, los resultados dependen del aporte de cada actor que se suma a la escuela. Lo anterior debe sustentarse con procesos sostenibles, medibles y alcanzables, pero ante todo, sensatos y responsables.

Entre las novedades más importantes, Molina presentó la planificación prevista para el viaje a La Plata, que este año buscará llevar tres categorías a competir. Algunos padres de familia intervinieron para compartir algunas experiencias que han favorecido a alumnos que han viajado a La Plata, evidenciando ventajas específicas en materia de comportamiento. Sus opiniones, en buen porcentaje, resaltaron el compromiso y la organización del club así como la calidad de las relaciones humanas que se expermientan, lo anterior sumado a algunas sugerencias que pueden contribuir a solucionar algunos impases circunstanciales.


La segunda parte de la sesión estuvo a cargo del psicólogo del club. Escobar, en su apuesta por promover la confianza, el respeto y la coparticipación como ejes indispensables para la construcción de un clima de escuela sano y proactivo, sugirió una dinámica interactiva y grupal con los padres participantes, quienes resaltaron debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas de la experiencia de ir a competir con categorías de base.   

Opinopincha



‘JUICIO ARBITRAL’… ¿DÓNDE QUEDÓ EL BALÓN?


No soy quién para decir si un árbitro pita bien o mal. Acerca del fútbol, últimamente he optado por callarme lo que en verdad pienso (lo hablo conmigo mismo a la manera del filósofo). Primero, por respeto a quienes lo viven a nivel profesional; segundo, por quienes lo han estudiado; y tercero, para evitarme altercados con aquellos que dicen haber visto mucho aunque sus comentarios no lo demuestren.

Todos los días hablan de los árbitros. Y así como hablan de los árbitros, hablan de los jugadores y de los técnicos. Siempre tienen una valoración positiva y negativa. “Bielsa es bueno, Péckerman es malo”. “Maturana fue bueno, Rueda fue malo”… Por ejemplo, Markarián era bueno el año pasado cuando terminó la Copa América, algunos periodistas peruanos auguraban el ‘Renacimiento’ de la época dorada, pero ahora es malo porque realiza microciclos. Tan malo es que ni siquiera tiene derecho a defenderse de un hincha que lo ataca verbalmente sin argumento alguno, y que de haberle golpeado, entonces le hubiesen clasificado como un gamberro solamente por evitar ser agredido.

Es desolador y a la vez da susto… Tanta erudición sobre fútbol sólo para limitarse a decir: “es bueno, es malo…” Por un “mal” pase entregado, por un cambio “mal” hecho, por una jugada “mal” cobrada… Hace poco me encontré en la calle a un viejo conocido de esos de la época cuando íbamos al estadio a ver equipos que no eran de nuestro afecto. Decepcionado, me decía: “se creen normales pero parecen enfermos, sólo ven lo malo”.

 A Machado, a Roldán, a Vélez y demás árbitros del fútbol local los critican porque son malos y no saben pitar, los tildan hasta de ineptos, como si el error arbitral pasara en todos los casos por equivocarse adrede o no aplicar el reglamento al pie de la letra. Por fortuna existen miles de estudios de fisiólogos, educadores físicos y expertos arbitrales realizados en Europa y en América (D´Ottavio & Catagna en Italia, Plessner y otros colaboradores en Inglaterra y Estados Unidos -esos sólo para entregar algunos como ejemplo) que han hallado argumentos contundentes en los últimos 20 años explicando el sesgo arbitral, razones lógicas dentro de la experiencia deportiva como el agotamiento físico y la deshidratación, el defecto visual-auditivo, el ángulo y ubicación frente a las jugadas, el control de temperamentos de futbolistas y técnicos, el tipo de competencia y otros factores externos de orden sociocultural.

De tiempo para acá, los comentarios de fútbol se centran en todo menos en la pelota. Hablan de los salarios y de los fichajes, de los escándalos dentro y fuera del vestuario, de periodistas que recomiendan entrenadores, de sobornos a árbitros, de partidos arreglados, de otros delirios y de un pocotón de personajes que a la larga ni tienen nada que ver con el fútbol. ¿Dónde quedó el balón? En el fútbol globalizado, se vende más la trompada que se dieron hinchas y futbolistas detrás de los buses en la sede de concentración que una virtud técnica o un acto de deportividad.


Carlos Andrés Escobar B.
Psicólogo

viernes, 30 de marzo de 2012

Pinchafrase





En ningún sitio aprendí tanto de mí y de los demás como en una cancha

Jorge Valdano

Memoria del Pincha



El 15 de Julio del año 2009, Estudiantes de La Plata retornó al trono de la Libertadores tras haberla ganado tres veces consecutivas en los años 1968, 1969 y 1970. El rival fue Cruzeiro de Brasil, a quien derrotó 1-2 en partido de vuelta jugado en Belo Horizonte. En el partido de ida empataron 0-0. Para la historia de esta gesta, tres hechos a destacar. Mauro Boselli fue el máximo artillero del torneo con 8 anotaciones, Mariano Andújar se inscribió como el guardameta argentino con más minutos sin recibir gol en el certamen continental y Estudiantes de La Plata salió vencedor por primera vez en la Copa en condición de visitante ante un equipo brasileño.

Pinchacrónica


DEBUT DE LA CATEGORÍA SUB-11 EN EL TORNEO PONY FÚTBOL



La antesala del debut estuvo acompañada por el intermitente frío de Bogotá, paralelo a una indecisa lluvia que al final se espantó. Previo a la entrada en calor, la entrenadora del equipo Gloria Muñoz y el psicólogo Carlos Escobar conversaron con los padres de familia. Notable la expectativa así como la disposición, el apoyo y la solidaridad, un momento más para estar en familia y construir equipo. Padres orgullosos de sus hijos en su primera partida, niños entusiasmados y a la vez ansiosos...




De la instrucción a la entrada en calor, la entrenadora preparaba el equipo con voz enérgica. Empezar cuesta, los niños se esforzaban por atender las últimas indicaciones, ávidos por ir al césped. Habitual grito pincharrata y directo al acto de protocolo, sesión de fotografía y quédense allí unos segundos más para obtener el recuerdo desde varios ángulos.





Ya se hablaba de goles en contra cuando el partido todavía era naciente. El equipo insistía en salir de su propio campo ante un rival que controlaba el juego. Estudiantes, fiel a su filosofía, corría todo. La esperanza de los niños se tradujo en el incondicional aliento de los padres, creyentes de sus capacidades.






El entretiempo fue recordar que es apenas el comienzo y los caminos del aprendizaje están por recorrer, el resultado no era prioridad. Asimilaron el mensaje y lucieron más sólidos en la segunda mitad del partido. Luego vinieron los cambios, todos jugaron. El cierre estuvo cargado de reflexión, fortaleza y ante todo confianza: uno para todos, todos para uno. Un aplauso de cierre para un debut que en el futuro será una anécdota memorable de tantas vividas por el club.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Opinopincha



COMPAÑEROS MONTADORES



A raíz de dos partidos que pude ver el fin de semana en la liga local (los clásicos de Bogotá y Medellín) y aprovechando que ahora se habla tanto sobre el matoneo en colegios, sumado al escándalo que se presentó por el suicidio de un joven estadounidense por el abuso de un compañero de habitación en la escuela, puedo escribir una opinión sobre lo que me pareció un desmedido ataque de parte de un par de periodistas en contra de Ignacio Ithurralde de Millonarios y Johan Fano de Atlético nacional. Tanto Adolfo Pérez en el partido de Bogotá como Iván Mejía en el de Medellín no hicieron otra cosa que criticar de manera constante y en la mayoría de casos sin razón y fundamento a este par de futbolistas.



Digamos, con sinceridad, que Ithurralde se equivocó feo en dos pelotas paradas frente a Nacional hace más de un mes en el El Campín, pero parece que al señor Pérez se le volvió costumbre achacarle todos los problemas defensivos del equipo al jugador uruguayo, culpándolo de todo y siempre utilizando un tonito jocoso rayando en la burla. En el caso de Fano, quien ingresó por pocos minutos y se mostró impreciso (no entró fino y los compañeros no lo ayudaron), es conocido que viene de una inactividad que muy seguramente no le permite estar en plenitud de condiciones, pero que todo lo que no hace en ataque se deba a que está lento, pesado, sin explosión y apático es inexacto. Además, hacerlo de una manera tan reiterativa en conceptos, sin otra razón que hacernos creer que ellos son los que saben de fútbol y que son los únicos que se dan cuenta de algo que todos vemos, pero no entendemos, según ellos, es muy jactancioso y cansón.



Todo esto sumado a que hablan mal, como jugadores y no como periodistas; ninguno posee habilidades futbolísticas demostrables; ninguno practicó el deporte de manera competitiva y no conocen las distintas circunstancias y variantes que se pueden presentar adentro de la cancha, son 11 jugadores; hace que ver un partido del futbol colombiano se vuelva una experiencia bastante triste y aburrida. Más parece una escena sacada del recreo de un colegio en el cual se juega de cualquier forma (esto también puede ser parecido) y en la línea están los chachos del curso actuando como un par de compañeros montadores que no juegan ni le aportan nada al espectáculo pero que se sienten dueños del mismo y sólo critican al que la embarra.



Comparándolos con los buenos periodistas de afuera (estos no critican de esta manera, conocen el deporte y sus incidencias, generalmente aciertan en apreciaciones, son objetivos, hablan correctamente, si no tienen nada que decir se apoyan en estadísticas o anécdotas, no son repetitivos ni predecibles en sus comentarios, los que no practicaron el deporte solo comentan sin emitir juicios, cuentan cosas que por televisión no alcanzamos a ver no lo que estamos viendo, no confunden jugadores, no gritan sin necesidad, reconocen errores, saben lo que el árbitro pitó…) no los malos, nos podemos dar cuenta por qué nuestro fútbol esta como esta, nos va como nos va y por qué no evolucionamos. Nos preocupamos más por destruir que por construir, se creen los dueños de la verdad y el único mérito que tienen es la adaptación a los distintos técnicos y dirigentes, (aunque parezca un chiste siempre son los mismos) acomodándose y dando vuelta a sus criterios y creencias (caso Mejía-Vélez) para lograr, solamente, su propio beneficio. Si queremos un fútbol de verdad deberíamos tener periodistas de verdad.



Errar es de humanos. Todo el mundo se puede equivocar. Nadie es perfecto. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Criticar es fácil, hacer no tanto.



Marco Antonio Alba

DT Categoría Sub 17