miércoles, 28 de marzo de 2012

Opinopincha



COMPAÑEROS MONTADORES



A raíz de dos partidos que pude ver el fin de semana en la liga local (los clásicos de Bogotá y Medellín) y aprovechando que ahora se habla tanto sobre el matoneo en colegios, sumado al escándalo que se presentó por el suicidio de un joven estadounidense por el abuso de un compañero de habitación en la escuela, puedo escribir una opinión sobre lo que me pareció un desmedido ataque de parte de un par de periodistas en contra de Ignacio Ithurralde de Millonarios y Johan Fano de Atlético nacional. Tanto Adolfo Pérez en el partido de Bogotá como Iván Mejía en el de Medellín no hicieron otra cosa que criticar de manera constante y en la mayoría de casos sin razón y fundamento a este par de futbolistas.



Digamos, con sinceridad, que Ithurralde se equivocó feo en dos pelotas paradas frente a Nacional hace más de un mes en el El Campín, pero parece que al señor Pérez se le volvió costumbre achacarle todos los problemas defensivos del equipo al jugador uruguayo, culpándolo de todo y siempre utilizando un tonito jocoso rayando en la burla. En el caso de Fano, quien ingresó por pocos minutos y se mostró impreciso (no entró fino y los compañeros no lo ayudaron), es conocido que viene de una inactividad que muy seguramente no le permite estar en plenitud de condiciones, pero que todo lo que no hace en ataque se deba a que está lento, pesado, sin explosión y apático es inexacto. Además, hacerlo de una manera tan reiterativa en conceptos, sin otra razón que hacernos creer que ellos son los que saben de fútbol y que son los únicos que se dan cuenta de algo que todos vemos, pero no entendemos, según ellos, es muy jactancioso y cansón.



Todo esto sumado a que hablan mal, como jugadores y no como periodistas; ninguno posee habilidades futbolísticas demostrables; ninguno practicó el deporte de manera competitiva y no conocen las distintas circunstancias y variantes que se pueden presentar adentro de la cancha, son 11 jugadores; hace que ver un partido del futbol colombiano se vuelva una experiencia bastante triste y aburrida. Más parece una escena sacada del recreo de un colegio en el cual se juega de cualquier forma (esto también puede ser parecido) y en la línea están los chachos del curso actuando como un par de compañeros montadores que no juegan ni le aportan nada al espectáculo pero que se sienten dueños del mismo y sólo critican al que la embarra.



Comparándolos con los buenos periodistas de afuera (estos no critican de esta manera, conocen el deporte y sus incidencias, generalmente aciertan en apreciaciones, son objetivos, hablan correctamente, si no tienen nada que decir se apoyan en estadísticas o anécdotas, no son repetitivos ni predecibles en sus comentarios, los que no practicaron el deporte solo comentan sin emitir juicios, cuentan cosas que por televisión no alcanzamos a ver no lo que estamos viendo, no confunden jugadores, no gritan sin necesidad, reconocen errores, saben lo que el árbitro pitó…) no los malos, nos podemos dar cuenta por qué nuestro fútbol esta como esta, nos va como nos va y por qué no evolucionamos. Nos preocupamos más por destruir que por construir, se creen los dueños de la verdad y el único mérito que tienen es la adaptación a los distintos técnicos y dirigentes, (aunque parezca un chiste siempre son los mismos) acomodándose y dando vuelta a sus criterios y creencias (caso Mejía-Vélez) para lograr, solamente, su propio beneficio. Si queremos un fútbol de verdad deberíamos tener periodistas de verdad.



Errar es de humanos. Todo el mundo se puede equivocar. Nadie es perfecto. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Criticar es fácil, hacer no tanto.



Marco Antonio Alba

DT Categoría Sub 17


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