lunes, 4 de mayo de 2009

La historia de un adolescente que salió muy triste luego de haber jugado un partido de fútbol…


Venía con muchas ganas de hacer las cosas bien. Sabía que mis padres me irían a ver y que esperaban mucho de mí. Pero cuando empezamos a calentar, sentía muchos nervios, el técnico seguía dando las instrucciones y estaba listo para salir a ganar. El partido empezó y arrancamos bien. Pero cuando nos empezaron a meter los goles sólo se oían los gritos desde afuera. Como no me llegaba el balón, tuve que bajar a volantear para tener más participación en el partido. Pero el ánimo del equipo empezó a caer cada vez más. En el entretiempo, el técnico nos dijo que teníamos que seguir haciendo lo que sabíamos hacer y nos dio la confianza a pesar de que íbamos perdiendo. Mejoramos la actitud y estuvimos más tranquilos a la hora de jugar. Me fui muy triste porque quería anotar un gol pero no pude, no fue mi mejor día y creo que el del equipo tampoco. El técnico dijo que teníamos que corregir para el próximo partido, que rescataba cosas positivas del partido y que si hacemos las cosas bien ganaremos el próximo. Eso me anima a seguir dándolo todo y salir al siguiente partido con muchas ganas.

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