lunes, 21 de septiembre de 2009

Opinopincha




OTRA ADVERTENCIA PARA EL AUTOCUIDADO


Si el entrenador nos advierte que hagamos uso de nuestro tiempo libre con prudencia es por algo… Ese fue el mensaje de Guillermo Berrío, apodado “el teacher” por sus seguidores neivanos cuando aún portaba los guayos, quiso trasmitirle a sus dirigidos del Atlético Huila luego de la victoria contra Pereira. Tristemente, los futbolistas de la escuadra opita Hernán Córdoba y Mario Beltrán fallecieron en un accidente automovilístico.

Muertes trágicas de futbolistas hemos presenciado en nuestro país. Algunos jugadores han sido asesinados por andar en negocios turbios. Recuerdo que cuando Albeiro Usuriaga fue asesinado en el Valle, se decía que había sido por pleitos personales y deudas económicas con grupos delincuenciales. Pocos años después del asesinato de Andrés Escobar, un jugador del Envigado cuyo nombre no recuerdo, fue asesinado a tiros una noche producto de un altercado callejero.

Elson Becerra, un talentoso delantero que jugó en el Deportes Tolima y en el Junior, murió asesinado a balazos en la costa cuando bailaba en una discoteca. Podría mencionar muchos casos de jugadores que, inclusive, no sólo han muerto en situaciones violentas, pues varios han sido acusados de asesinar personas en accidentes de tránsito, también por uso ilegal de armas, jugadores involucrados en este tipo de escándalos caso Asprilla, Rincón, “tigre” Castillo, Diego Osorio, entre otros…

Lastimosamente vivimos en un país violento y nuestros jóvenes futbolistas en su mayoría carecen de formación moral para llevar una vida profesional, es decir, establecer rutinas responsables y sanas. No tenemos muchos ejemplos de futbolistas que por fuera de la cancha conserven una integridad personal que permita ver a los nuevos talentos que más allá de la gloria de ganar un partido o un campeonato, está el cuidado de sí, la vida misma…

Y en ese fútbol emotivo que hace que nuestras acciones sean desenfrenadas, caemos la mayoría. Se gane, se empate o se pierda, queremos expresar lo que sentimos entre insultos y elogios extremistas acompañados de los vicios y los excesos. He escuchado gente del fútbol afirmando que nuestros jugadores despilfarran su tiempo libre en los afanes de la noche; el gusto por el trago, los moteles y las fiestas.

Hay razones de fondo detrás de esta afirmación que vale la pena mencionar. Muchos jugadores en nuestro país ven en el fútbol una gran posibilidad laboral para subsistir porque sus posibilidades de educación fueron escasas. El negocio del fútbol, alimentado por dirigentes que piensan primero en el objeto de mercancía por encima del humano (algunos, no todos), explotan las ilusiones de aquel joven que sueña con jugar en el mejor club profesional. En un país de imaginarios sociales promovidos por agentes socializadores y medios de comunicación, alcanzar la fama y el éxito es un producto a la venta mas no una garantía real. Y los inexpertos jugadores, quienes aún son promesas, que creen todo lo que ven sus ojos y no toman distancia de las circunstancias para analizar consecuencias, se viven la vida al límite sin ningún tipo de proyección personal ni económica, cuando el camino por recorrer aún es largo…

La formación del futbolista en su dimensión integral es indispensable, y este trágico episodio es un argumento más para hacer una invitación: que una mente sana debe estar en un cuerpo sano. El fútbol es un deporte donde se aprende, pero no sólo de fútbol, sino también de las cosas vitales. Una de ellas, cuidar de nosotros mismos, cuidar de quienes están a nuestro lado, cuidar la vida, que es una.



Carlos Andrés Escobar B.
Psicólogo

No hay comentarios: